Victoria del Alavés con goles de Carlos Vicente y Toni Martínez (2-0)

Si algo tiene el Deportivo Alavés es confianza. Luis García Plaza dio forma a un equipo que, a pesar de tener muchas caras nuevas, sale al campo sin dudar de sus posibilidades y que, cuando el rival duda, muerde y muerde. Eso es exactamente lo que vimos en la cuarta jornada de LaLiga que EA Sports disputó ante la UD Las Palmas, un partido en el que los canarios no jugaron mal, pero en el que los vitorianos mostraron una solidez y una fortaleza que les bastó para ganar 2-0, colocarse en Europa y dejar a su rival en los puestos de descenso.

Lo cierto es que desde el pitido inicial quedó claro cómo respiraba el partido. Un Alavés bien plantado parecía una roca. Las Palmas tenía el balón, pero la mayoría de sus toques eran totalmente intrascendentes. Al equipo de Luis Carrión le faltaba electricidad y su rival provocó un cortocircuito en los primeros compases, y en un chispazo Stoichkov puso un excelente balón al área que Carlos Vicen aprovechó con un fantástico disparo en carrera. No estamos hablando de goles merecidos, sino de goles.

El primer gol local dejó muy fríos a los amarillos. La poca alegría que tenían en su juego se disipó, y mucho más cuando Aniquila no estuvo con la habilidad de batir a Sivera con un codazo que marcaría la tarde, mientras que los visitantes no volvieron a tener la misma ocasión en el resto del partido. Muchos dicen que el resultado de los partidos depende casi únicamente de las actuaciones individuales, y en esta ocasión todos los duelos cayeron del lado vitoriano.

Aunque el Alavés fue mejor, esta superioridad no se tradujo en el marcador, sobre todo porque un gran gol de Conechny fue anulado por un fuera de juego milimétrico. Tal situación dejó abierto el marcador para la segunda mitad, pero el partido siguió inclinándose del lado babazorro, algo que ocurrió de forma decisiva cuando Toni Martínez soltó un zurdazo desde la frontal del área que cerró la aproximación.

Aunque la mayoría de los jugadores de Las Palmas parecían apagados, la entrada de Alberto Moleiro en el descanso provocó cierta reacción de su equipo, aunque sólo fue un esfuerzo individual que se tradujo en un par de ocasiones del propio ‘diez’ canario, que demostró un coraje que debería venirle bien a su equipo durante la temporada.