Tiafoe accede a las semis tras derrotar a un lesionado Dimitrov (6-3, 6-7, 6-3, 4-1… Retirado) | VIDEO-RESUMEN

Triste final para un partido que ha deparado grandes emociones en un primer set en el que lo dieron todo. Las dobles faltas y la lesión de Grigor Dimitrov apagaron todas y cada una de las luces del espectáculo tenístico que el búlgaro y el estadounidense crearon en la pista central del US Open 2024. Tras muchos minutos de intriga sobre si se retiraría o no, Frances Tiafoe firmó una victoria por 6-3, 6-7(5), 6-3 y 4-1 en 3 horas de juego.

Con el espectáculo encendido desde el primer momento, las gradas del Arthur Ashe no dudaron en vivir al máximo cada punto, incluso los dos jugadores en pista. Grigor sacó a relucir su revés, mientras que Tiafoe lo dio todo para llegar a cada bola, cuajando una increíble actuación en la red. La inconsistencia del jugador búlgaro tanto con su saque como durante los puntos le pasó factura.

De los juegos fáciles al saque de Frances, el partido se convirtió en una lucha sin cuartel para que Dimitrov mantuviera el ritmo, algo que fue incapaz de hacer durante mucho tiempo. Hasta que Grigor resurgió de sus cenizas, resucitando con su revés a una mano para igualar el marcador, y ganando después el tie-break tras unos tensos intercambios. El desenlace del segundo set se decidió, increíblemente, por dobles faltas, aunque el marcador favoreció a Dimitrov, que una vez más plantó cara.

Aunque parecía que el búlgaro podía luchar por todo en el partido tras devolver el golpe al estadounidense, Grigor volvió a bajar su nivel en los momentos más esenciales, dando una ventaja crucial a su rival. La razón de este cambio de Dimitrov podría deberse a las molestias físicas por las que fue atendido tras perder el tercer set , parcial que terminó con una cara de negación hacia su palco. Estos problemas le condicionaron cuando salió a pista, incluso en su saque, por mucho que Grigor intentara ocultarlos.

Tras esos 3 minutos, Grigor regresó a la Arthur Ashe después de su régimen con cierta cojera, aunque quería continuar con el partido. Su rostro, mezcla de incomodidad y frustración, lo decía todo. Sin energía para luchar durante largos intercambios, el búlgaro pensaba qué hacer, quizá con la esperanza de que su estado mejorase, pero siendo realista en todo momento. Las advertencias de su box fueron claras. El equipo le dijo que se retirara, pero Dimitrov no quería rendirse tan rápido. Al final, Grigor no pudo evitar lo inevitable. La retirada llegó cuando se dio cuenta de que un milagro era completamente imposible.