Nadal trató la remontada en un épico segundo set ante Djokovic, pero esta vez no hubo milagro (6-1, 6-4) | VIDEO-RESUMEN
Mucho más que un partido de segunda ronda de los Juegos Olímpicos. La histórica pista Philippe-Chatrier fue el escenario del capricho del destino que quiso que el ‘último baile’ de Rafa Nadal y Novak Djokovic tuviera lugar bajo el cielo de París. Unos agradables 24 grados aclimataron la tierra batida que ha visto al balear levantar catorce Roland Garros y al serbio, tres. En las quinielas, ‘Nole’ era el favorito pero en las gradas los gritos de ‘Rafa, Rafa’ se amplificaban con cada punto del balear… que se resistió a demostrar hasta el final
Djokovic puso la directa y se llevó mucho más de medio set (4-0) ante un Nadal que peleó cada punto como si fuera el último de un Grand Slam. Se le vio mucho más fino al serbio en general: le salía todo.
Nadal estaba frágil. Sus caras mostraban la frustración y también la impotencia de quien sufre un castigo tan severo y sólo fue capaz de encontrar el juego del honor. El público lo celebró como si hubiera ganado el set, que pertenecía a Djokovic, a placer (6-1).
Tras un primer intento de ‘Nadalada’ del español, Djokovic se mantuvo firme y continuó con su festival. Resultaba paradójico ver sufrir tanto al español en la pista Philippe-Chatrier que fue escenario de sus mejores exhibiciones. El público recordó cada gota de sudor que Nadal ha dejado sobre esa arcilla y no permitió que los ánimos del tenista se derrumbaran.
Pero el serbio era un pulpo. Con el fácil 3-0 en el marcador empezó a lucirse con dejadas, bolas a la línea y una tranquilidad impropia de él. Nunca antes lo había tenido tan fácil con los españoles. Más allá de eso se mostró confiado.
Nadal preparó su último truco, la enésima ‘Nadalada’ para arrancar los chillidos del público que en ese momento colocó un épico 4-4 en el marcador. Rafa había vuelto, la bestia había despertado. Djokovic trató de mantener la calma ante un Rafa identificable y comenzó a celebrar sus juegos retando al público, como hizo cuando logró el 5-4. El serbio estaba tenso.
Ninguno de los 2 jugadores bajó los brazos y jugaron en el último juego como uno piensa que debería ser todo el partido (si las condiciones de ambos fueran perfectas). El festival de Djokovic terminó con un ace directo que destrozó la última transformación de Nadal en París. Al menos en el torneo individual.