Mucho tiempo... poco fútbol entre Osasuna y Espanyol (0-0)

No hay premisa más milenaria en el mundo del fútbol que ‘para marcar hay que chutar’. Es algo que parece obvio, aunque para Espanyol y Osasuna no lo fue tanto; en un partido en el que el primer tiro a puerta se produjo a falta de diez minutos para el final, pericos y osasunistas se repartieron los puntos con un empate que no gustó absolutamente a nadie. Manolo está ganando tiempo con un nuevo planteamiento pragmático de los blanquiazules que no les ayuda a salir de la zona de descenso.

Tras desaprovechar una gran oportunidad ante el Getafe en el Colisseum, el Espanyol regresó una semana más al RCDE Stadium. El equipo es consciente de que en casa se juega buena parte de sus opciones de permanencia; independientemente del momento que atraviesan los blanquiazules, cuando juegan ante su afición son un equipo muy difícil de batir. Manolo parece haber dado con la tecla con un estilo pragmático que, aunque no es una oda al fútbol, sirve para reducir errores y también para intentar tener más ocasiones de ganar partidos.

El Espanyol saltó al campo con un inicio valiente que sorprendió a Osasuna, aunque no supo aprovechar los buenos primeros minutos para transformar su superioridad en el marcador. La chispa inicial se fue apagando y el partido comenzó a parecerse más a lo que se esperaba desde el principio; Osasuna tenía la posesión del balón sin crear peligro, mientras que el Espanyol intentaba salir con transiciones rápidas robando en el centro del campo. En esta faceta fueron especialmente efectivos Puado, omnipresente, y Antoniu Roca que con sus incursiones por banda derecha fue el que más daño hizo a la defensa de los navarros. La primera parte terminó sin disparos a puerta por parte de ninguno de los dos equipos, un partido bastante parecido al jugado contra el Celta hace apenas un par de semanas que no quedará en la memoria del espectador.

La segunda parte comenzó con un Osasuna mucho más atrevido que en la primera mitad. No se complicó, aunque el equipo aumentó el ritmo de circulación y el peligro para Joan García acabó llegando más pronto que tarde. Los rojillos volvieron a meterse en el partido, aunque al final parecía inviable superar la línea defensiva del Espanyol. Como en la primera parte, el chispazo inicial fue un espejismo; los dos equipos firmaron su particular tratado de paz y las ocasiones ni llegaron ni se las esperaba.

Cheddira entró para buscar nuevas alternativas en ataque, pero su participación no sirvió para animar al equipo. Cheddira salió para buscar nuevas alternativas en ataque, pero su participación no sirvió para animar al Espanyol. La apatía general de ambos equipos la rompió Pol Lozano, que a falta de diez minutos para el final anotó el primer disparo a puerta del partido con un gran disparo desde la frontal del área. La parada de Sergio Herrera evitó un gol que despertó al RCDE Stadium, que de repente se vio con la oportunidad de encontrar su botín en los últimos instantes del partido.

Pese al empuje final, el empate acabó siendo el resultado final de un partido frío y prácticamente sin ocasiones. Un reparto de puntos que mantiene de momento a Osasuna en puestos europeos y que no sirve al Espanyol para salir de la zona de descenso.