El descuento le regala la primera victoria del curso al Espanyol (2-1)

El RCDE Stadium vivió un auténtico frenesí después de que el Espanyol lograra su primera victoria de la temporada ante el Rayo Vallecano (2-1) de forma agónica. Los blanquiazules supieron sufrir hasta el tiempo añadido, cuando un mágico Alejo Véliz, que rompió al Rayo con un reverso prodigioso, consiguió tres puntos vitales para la salvación de su equipo.

Tras un inicio de temporada complicado, en el que el Espanyol sólo había sido capaz de sumar un punto de nueve posibles, el cuarto partido de la temporada era la oportunidad ideal para enderezar el rumbo en su regreso a la máxima categoría. El equipo volvía al RCDE Stadium, que recuperaba su mejor versión, con el claro propósito de encontrar la primera victoria de la temporada.

El obstáculo a superar el sábado no era otro que el Rayo Vallecano, que ha protagonizado un inicio de temporada eléctrico. El potencial de este audaz equipo, liderado por el jovencísimo Íñigo Pérez, es una de las grandes sorpresas de este inicio liguero. No tardaron en demostrar que estaban en mejor forma que su rival; apenas habían transcurrido cuatro minutos de juego cuando dos sencillos pases desmontaron por completo la defensa blanquiazul. Embarba logró girarse para poner un pase al espacio a Álvaro García -que pudo ser interceptado por Calero- para que el utrerano marcara y batiera a Joan García (0-1). El panorama era oscuro para el Espanyol.

Sin embargo, cuando parecía que la tarde acabaría en tormenta, el Espanyol reaccionó de inmediato. Javi Puado se echó el equipo a la espalda; el barcelonés retrocedió unos metros para crear superioridad en el centro del campo, situación que aprovechó Jofre Carreras para romper al espacio. Puado habilitó a su compañero, que corrió hasta la línea de fondo para habilitar a Carlos Romero que, con una sangre fría admirable, batió a Cárdenas para igualar el marcador (1-1).

El partido rebosaba electricidad por los cuatro costados; con un ritmo muy alto, suficiente para que la precisión brillara en los metros finales, las jugadas apenas se pensaban unos segundos. El Rayo era el que atacaba, aunque el Espanyol intentaba marcar cada vez que recuperaba el balón en su propio campo. La importancia del resultado llevó a ambos equipos a ser atrevidos desde el principio.

En apenas un suspiro, el partido llegó al descanso. El paso por el túnel de vestuarios no cambió la dinámica de un partido que daba la impresión de que se iba a decidir en el primer error del rival. El paso de los minutos asentó al Rayo, que empezó a oler sangre. Avisaron dos veces de sus intenciones; primero Álvaro García en modo mágico, hilando una jugada que salvó milagrosamente Carlos Romero, y después un misil de Lejeune que dejó temblando el larguero de la portería blanquiazul. Sin embargo, quien falla lo acaba pagando; un contraataque fulgurante en el tiempo añadido acabó con Alejo Véliz realizando un reverso milagroso para llevarse los tres puntos de forma totalmente inesperada (2-1). El Espanyol puede respirar por primera vez, aunque aún le queda un largo camino por recorrer si quiere encontrar la salvación.