El «parón» no le afecta a un Barça, que mantiene su distancia de líder, con goleada al Girona (1-4)

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Trabajada victoria de los blaugranas ante el Girona en el derbi catalán. Doblete de Lamine Yamal y goles de Dani Olmo y Pedri para sellar un inicio de temporada especial. Cinco victorias de cinco posibles. 15 puntos, 17 goles y líderes en solitario. Da vértigo ver cómo puede cambiar la historia en apenas unos meses. El Barça devolvió al Girona los cuatro goles que marcó la temporada pasada en Montjuïc y en Montilivi con otros 4 goles. Cataluña volvió a ser azul y blanca.

El ambiente era el de un partido grande, el de un partido de Champions. Un equipo que, trabajando duro, respetando sus valores y ciñéndose a su plan de acción, encontró el camino del éxito. Adaptándose a esta nueva situación, la de ser uno de los mejores equipos de Europa, pero sin olvidar sus raíces y a su afición.

Entrando tímidamente en la vorágine del primer trago, pero consumiendo producto de kilómetro 0. Por ejemplo, las canciones que suenan en los altavoces de Montilivi: éxitos internacionales, combinados con canciones de la tierra de Figa Flawas, Ginestà, La Fúmiga o Els Tyets. También en las vallas publicitarias: empresas locales alternando sus segundos de gloria con enormes multinacionales.

Centrándonos en el fútbol, si algo funciona, ¿por qué cambiarlo? Flick aplicó esta fórmula contra el Girona, habiendo dado con la clave de su alineación. Salió a por todas, sin reservar absolutamente a nadie en el primer partido tras el descanso. El once más notable posible con los jugadores de que dispone. Y sin especular antes del estreno en la Liga de Campeones, el próximo jueves contra el Mónaco en casa.

Los dos entrenadores ya lo habían advertido de antemano: la posesión sería la clave. Y los hombres de Flick se lo tomaron al pie de la letra. Los blaugranas dominaron total y absolutamente la primera parte. Lamine con una volea, Lewandowski con un cabezazo, Balde con un disparo cruzado tras arrancar la moto.

Se cumplía la primera media hora y Lamine dijo: \«Hasta aquí». Con un instinto canalla, acostumbrado al fútbol callejero, de barrio, donde impera la ley del mucho más listo; robó un balón a David López y se plantó solo delante de Gazzaniga. Impecable definición con la zurda y la portería estaba abierta.

Sólo siete minutos después, cazó un balón en el balcón del área y lo envió al fondo de la portería, a pesar de la tela de araña de la Gironina, que se defendió como gato panza arriba en el área. El jugador de Rocafonda demostró una vez más que es posible tener una superioridad sideral, pero sin provocar a la afición rival ni crear animadversión. Montilivi calló y no insultó, consciente de que está ante un jugador de talla mundial. Tanto dentro como fuera del terreno de juego.

Los partidos, sin embargo, hay que ganarlos en ambas áreas. El disparo encebollado de Bryan Gil fue atajado por Ter Stegen antes de que los 22 jugadores desfilaran hacia el túnel de vestuarios. Al instante, en la jugada posterior, el balón acabó en las manos de Iñigo Martínez y el árbitro no dudó ni un milisegundo: penalti a favor del Girona.

Era el momento definitivo para recortar distancias antes del descanso. El portero alemán perdió tiempo y el árbitro le apuró. Abel Ruiz estaba listo para disparar. Pero, sorprendente y exageradamente tarde, Muñiz Ruiz fue a revisar la acción con el VAR. El balón que impactó en la mano de Iñigo, que estaba de espaldas, procedía de un choque de Balde. Acción anulada ante los gritos de «fora, fora» y «qué malo eres, árbitro qué malo eres» de Montilivi.

No hay tregua, como la popular canción de Barricada. Dani Olmo apretó el gatillo, pero sin dejarse llevar por el pánico. Un misil directo sin ángulo desde la derecha del ataque. Imparable para cualquier ser humano y el marcador de Montilivi ya indicaba el 3-0. Tres partidos del Terrassa y tres goles.

El Barça se lo estaba pasando en grande y trasladó esa diversión al juego. Taconazo de Raphinha, pase filtrado de Casadó y gol de Pedri dejando a Gazzaniga en el suelo. El Girona, sin embargo, aún tuvo tiempo de dar una alegría a su afición con un gol del honor. Ter Stegen estuvo demasiado lento ante Portu y Stuani hizo el 4-1 para maquillar el marcador, antes de que Ferran Torres fuera expulsado con tarjeta roja directa por una entrada sobre Asprilla.