Correa la revienta -de nuevo- y vuelca el partido y los puntos a favor del Atleti (1-2) | VIDEO-RESUMEN + GOLES
El fútbol mueve lo que mueve porque es así: inesperado. Un partido que parece absolutamente resuelto a tu favor de repente se da la vuelta y al final se te queda una cara que es un poema. O al revés, un planteamiento en el que tenías que sufrir como un salvaje de repente se da la vuelta y te regala una victoria que puede cambiar la dinámica de un equipo durante mucho tiempo.
Y ahora observaremos esto último con el paso de los días y las fechas, pero lo que hizo el Atlético en París fue esencialmente eso: asaltar un campo muy complicado ante uno de los equipos más fuertes de Europa -pero que, ojo, se ha complicado mucho la vida- y hacerlo de una forma única y de esas que dejan huella. En el minuto 93, ese que tanto evoca al otro equipo de la ciudad, pasó de todo, de todo.
Primero, Oblak salvó un disparo de Hakimi prácticamente a bocajarro. Y, en la siguiente jugada, con el PSG completamente roto, Ángel Correa, que había entrado antes por Julián Álvarez, acabó marcando el gol de la victoria en la última jugada del partido. Es más, se marcó el gol, los dos equipos volvieron a sus situaciones y sonó el pitido final casi sin cruces.
Y eso que las cosas no pintaban bien para el equipo del Cholo al principio del partido. El pobre Javi Gallardo tuvo que enfrentarse a un Dembélé que ya entendemos que es tan irregular como alarmante cuando está inspirado, y anoche lo estuvo. Encima, por detrás de él estaba un Achraf Hakimi que se sumaba a cada subida del radical francés, creando una clara superioridad por banda que el Atleti no era capaz de contrarrestar. y eso marcó los primeros minutos. En el otro lado estaba Barcola, menos acompañado por Mendes pero también capaz de inquietar con su agilidad, aunque no fuera tan bueno conectando con el área.
El conjunto francés ya tenía unas 4 aproximaciones claras cuando llegó el primer gol. Clement Lenglet fue un jugador clave para el PSG. Se durmió mucho para sacar el balón jugado, no vio venir a Dembélé por detrás, robó el balón y se lo dio a Zaire-Emery para que batiera a Oblak y abriera el marcador.
No habían pasado ni cuatro minutos cuando el Atlético igualó por medio de Nahuel en su primer acercamiento serio al área parisina. Un disparo de Giuliano Simeone rebotó primero en Mendes y luego le cayó al argentino. Bajó el balón con el pecho y se quedó muerto, enganchando un zurdazo raso ajustado al poste. Se comprobó que había mano, pero no había motivo para anularlo. El primer gol de Molina en la Liga de Campeones no pudo llegar en mejor momento para su equipo.
Luego el equipo de Luis Enrique tuvo el balón, dominó y generó múltiples ocasiones -más de uno se preguntará si Lenglet era del PSG de pequeño, porque a punto estuvo de volver a liarla-, pero poco a poco el Atleti fue capaz de contener al público del equipo local para acabar el primer acto en tablas, y observando lo visto sobre todo en la primera media hora, baste decir.
Cualquiera que apagara el partido en el minuto 44 y lo encendiera en el 46, al inicio de la segunda parte, podría pensar que no hubo tiempo muerto. Pues bien, el partido volvió de los vestuarios precisamente como se fue: con el PSG balón a balón sometiendo al Atlético, que sin embargo se defendió bastante decentemente, las cosas como son. Y parte del mérito fue de Gallagher, que empezó a multiplicarse en labores solidarias para tapar a la dupla que les atacaba por banda izquierda.
Simeone refrescó el equipo para seguir aguantando el chaparrón con Koke, Riquelme, Reinildo y, más tarde, Lino y Correa. Lo que ocurrió después ya es historia. El argentino recibió de Griezmann y mató el partido con un golazo. Gracias a él, el Atlético se mete entre los 24 mejores de esta fase de la Liga y ahora el calendario es propicio para asegurar, al menos, el ‘play in’. Pero esta victoria es de las que suelen tener efecto más allá de una jornada. De momento, el ‘match ball’ de la Liga de Campeones está salvado. Y de qué manera.