El Sporting se lleva el derbi y suma su segundo triunfo consecutivo en El Molinón (3-1) | VIDEO-RESUMEN + GOLES

El Real Sporting de Gijón volvió a ganar en el derbi asturiano ante el Real Oviedo y sumó su segunda victoria consecutiva en El Molinón en este 2024 en un partido muy serio y trabajado del equipo de Rubén Albés para reencontrarse con el primer triunfo a principio de temporada. Poco a poco, la nave rojiblanca va enderezando el rumbo y lo hace en el momento oportuno y ante el rival adecuado.

A pesar de las ‘sorpresas’ apuntadas de antemano por algunos de los capitanes como José Ángel ‘Cote’ o nuestro Rubén Albés, el partido pareció marcado por el hecho de que el técnico vigués repitió la alineación que hace una semana sacó un empate de su visita a Almería.

Toda una declaración de intenciones en un derbi que no defraudó en cuanto a ambiente, tanto antes del partido, con un multitudinario recibimiento rojiblanco con bengalas que acompañó al autobús del Sporting hasta un Molinón con un gran aspecto y 25.702 espectadores en las gradas, como durante el encuentro, con todos y cada uno de los actos previos habituales en los derbis asturianos como el cántico de Asturias patria querida y la implicación de la grada animando durante los 90 minutos.

Tampoco defraudó el Sporting, que comenzó aún más revolucionado de lo que suele hacerlo en los partidos en el templo rojiblanco. El Oviedo no llegó a encadenar ni tres pases tras el saque inicial antes de que llegara la primera ocasión local, después de que Otero robara el balón y cortara una mala distribución a la espalda de Lucas Ahijado; el colombiano condujo hacia el borde del área y probó suerte con un fuerte disparo que se marchó desviado. Fue el primer aviso, con el que el Sporting iba a comenzar el derbi como ya hiciera hace unos meses en este escenario con el tempranero gol de Nacho Méndez.

Con un Sporting vehemente en el arranque, el paso de los minutos equilibró un partido bastante trabado y con mucho centrocampismo. En esta fase, el Oviedo tuvo su mejor aproximación de la primera mitad -y una de las pocas del partido- con un centro desde su banda derecha que Sebas Moyano cabeceó magistralmente desde la frontal del área pequeña. Fue una ocasión que no puso en desventaja a los locales, que amenazaron más que nada con sus asaltos verticales y transiciones. Fruto de una de estas jugadas llegó el penalti que significaría el 1-0 en el marcador. Tras un robo, el balón acabó en las manos de Dubasin, que encontró un carril interior para colarse entre la defensa blanquiazul y encontró a Gaspar al espacio, al que dio un pase filtrado que el gijonés no llegó a controlar, siendo derribado en la línea del área. El árbitro señaló penalti y, tras la indecisión de la revisión del VAR, finalmente Juan Otero lo transformó para hacer el 1-0, engañando a Aarón Escandell.

Un gol que daría alas a un Sporting mucho más presente en campo contrario. Pocos minutos después, lograron ampliar distancias en el marcador tras una insistencia de Guille Rosas por banda derecha, que puso un centro al segundo palo y cuyo despeje murió delante de la portería y en las botas del zurdo con mejor disparo del equipo. Cote controló y se acomodó el cuero para disparar hábilmente al palo largo, haciendo inútil la parada de Escandell. En esta ocasión se vio al jugador del Roces celebrando un gol con toda la emoción que corresponde.

Tras el gol llegó la desafortunada lesión de Diego Sánchez, que se fue al suelo con una lesión en la pierna. Un parón, sumado al segundo gol rojiblanco, dejó grogui al Oviedo que incluso pudo haber marcado un gol mucho más antes de los vestuarios tras una gran jugada de Guille Rosas que filtró un balón al área donde Nacho Méndez, tras un excelente control, se hizo hueco para disparar a puerta con su pierna menos dominante, la derecha, obligando a la intervención de un enfadado Escandel por la permisividad protectora de los suyos.

Calleja necesitaba apretar las cosas en el descanso y realizó una doble sustitución en la que incluyó al ex rojiblanco Hassan, lo que provocó los abucheos más sonoros de la grada. Antes de que se pudiera medir el impacto de los cambios, el Sporting tuvo su primera ocasión con un disparo cruzado de Otero desde dentro del área que atajó Escandel, y el Oviedo reaccionó de inmediato con un duro golpe sobre la mesa. Los azules recortaron distancias en un ataque directo en el que Alemao ganó la espalda a Cote y batió en agilidad a Olaetxea para ganar la línea de fondo dentro del área y poner un pase atrás a Ilyas Chaira, que esperaba libre de marca para definir a placer y poner el 2-1 en el marcador.

A partir de este momento, el dominio pasó a ser azul, con el Oviedo asentado en la mitad de campo del Sporting y obligando al bloque rojiblanco a realizar un exhaustivo trabajo de protección. Un trabajo bien hecho, ya que Rubén Yáñez no fue exigido en todas y cada una de las intervenciones de la tarde.

De hecho, fue el Sporting el que volvió a golpear. Segundo partido consecutivo en el que Campuzano respondió con un gol. El agresor se hizo con un balón en la divisoria en su primera intervención nada más entrar al campo y se lo guisó hasta el final. Aprovechando su fuerza, el catalán condujo hasta el área con agilidad, encaró a Costas y le batió con una finta, buscando el gol con la zurda casi desde la frontal y poniéndola en la escuadra. Un auténtico golazo para asestar un golpe mortal a un Oviedo que iba 2 goles por debajo en el marcador. Una desventaja que no serían capaces de remontar. Un derbi que ha ido tomando tintes rojiblancos en los últimos tiempos volvía a jugarse en casa casi 7 meses después.